Los gatos se limpian cada día lamiéndose a sí mismos, pero a pesar de ello, puede ser necesario darles un baño, porque igual su pelaje puede estar sucio.En cuanto a los perros deben ser lavados con champú en forma regular, esto es imprescindible para la higiene del hogar. Sin embargo, lavar el animal demasiado a menudo con champú inadecuados también podría resultar perjudicial, porque pueden aparecer irritaciones, picores, etc.
Los gatos odian el agua, por lo que desde pequeños debemos acostumbrarle al baño, que se debe realizar con agua tibia y un champú natural (para gatos) de limpieza o antipulgas. Antes del baño es conveniente poner tapones de algodón en sus conductos auditivos para evitar la humedad.
Los baños pueden comenzar a los 2-3 meses de edad. Se deben realizar una vez por semana en épocas de calor y una vez al mes en los meses fríos.
El baño debe realizarse regularmente, pero no de forma continuada, pues puede disminuir las defensas del animal.
El mantenimiento del pelaje de su animal no es solo cuestión de estética: tiene que ver con su bienestar. De hecho, el aspecto del pelo es a menudo un reflejo de su estado de salud. El cepillado regular es esencial porque mantiene el equilibrio del ecosistema cutáneo. Además, compartir su vida diaria con una mascota puede tener el inconveniente asociado de la caída del pelo. Nada se salva: sus muebles, cojines e incluso los armarios. El ritual del cepillado será especialmente importante si usted es alérgico al pelo de los gatos o perros que viven en el hogar. Acostumbrar a los animales desde una edad temprana a un cepillado hecho con regularidad y de forma divertida creará momentos de complicidad. La frecuencia de cepillado varía según la raza y el tipo de pelaje. Un animal con pelo largo o en período de muda necesita un mantenimiento mucho más frecuente (1 vez por día) que un animal con el pelo corto (1 vez por semana).
El cepillado debe ser parte del ritual de higiene de su mascota, particularmente en el período de muda. Estimulará la circulación sanguínea y la secreción del sebo. Esta acción mecánica permitirá la eliminación del pelo muerto y de diferentes partículas (hierba, tierra, espiguillas...) y estimulará que el pelo vuelva a crecer.
Un cepillo de calidad también puede detectar la presencia de parásitos tales como garrapatas o pulgas. Es también un medio para detectar eventuales lesiones en la piel.
En los gatos: Al ser el gato un animal particularmente limpio, el propietario subestima a menudo la utilidad del cepillado. Pero el gato tiende a tragar con facilidad el pelo muerto acumulado sobre la superficie de su pelaje, cuando se lame (las famosas "bolas de pelo" que se forman en el estómago). Además, aunque tiene una flexibilidad digna de un acróbata profesional, a veces no puede llegar por sí mismo a ciertas partes del cuerpo (y menos aún un gato viejo, con artrosis, etc.).
En los perros: A diferencia de los gatos, los perros no se limpian solos. Cuando su pelo se ensucia, es necesario limpiarlo y cepillarlo para mantener la salud de la piel y la belleza del pelaje.
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